De nuevo nos volvemos a poner en ruta para alcanzar uno de los puntos más remotos de Namibia, las Cataratas Epupa. Los paisajes son increíbles, donde vemos fauna salvaje, sin la necesidad de estar en un Parque Natural. Enormes Baobabs
se encuentran a lo largo del camino, parándonos para no solo descansar ,
sino también para hacer las fotografías de rigor, retratanto a estos
curiosos y espectaculares árboles. Para llegar a nuestro destino tuvimos que realizar un largo día en camión por pistas de arena y polvo, que contrasta con la llegada, ya que después de tanto calor, y la dureza del camino, de repente te encuentras ante un autentico oasis. Hacemos una parada en la localidad de Opuwo, es aconsejable parar aquí, ya que es el último lugar antes de las cataratas que tiene gasolineras y supermercados, necesarios para reponer antes de continuar el camino, aunque volveremos a pasar por esta localidad una vez que hayamos estado en las Cataratas Epupa. Aquí conviven dos tribus de las más llamativas de África como son los Herero y los Himba . Se diferencian mucho en sus atuendos y en su modo de vida, las mujeres Herero
se reconocen fácilmente por su vestuario que no ha cambiado desde el
siglo XVI, cuando los misioneros alemanes les obligaron a vestirse como
la vestimenta europea de la época colonial victoriana, pero con telas de
vivos colores.
Sus coloridos sombreros imitan la forma de los cuernos
de vaca, animal muy importante para ellos, no solo como fuente de
riqueza económica sino como parte integral de sus creencias. Sin duda como en la mayoría de las poblaciones locales, el mercado
tradicional es para mi un lugar de visita obligatorio si quieres
empaparte de la cultura del lugar. Decidimos darnos una vuelta mientras
se hacían las compras de suministros y se repostaba el camión. He estado
varias veces en África,
como he mencionado en anteriores artículos, y este mercado, me
recuerda a otros muchos que he visitado en viajes anteriores al
continente africano.
Los puestos son apenas unas chabolas de maderas con
plásticos que han pillado de distintos sitios, en donde los mercaderes
te ofrecen la más diversas mercancías, observa que según la zona por donde
pases del mercadillo, se vende un determinado producto, todo bajo un sol
de justicia. Las cámaras no suelen ser bienvenidas en estos lugares,
por eso es mejor guardarla y observar los puestos y vivir la
experiencia. Además puedes correr el riesgo de que si al final te pones a sacar una
foto te pidan dinero y se te venga la mayoría de la gente encima para
lo mismo sin dejarte en paz. Una vez visitado el mercadillo y el abastecimiento, nos montamos de nuevo en el camión para continuar la ruta y afrontar la última etapa hacia las Cataratas Epupa.

Tras visitar las cataratas volvemos a nuestro campamento, nos disponemos a cenar y a pasar una noche frente a la hoguera, eso si como estamos cerca del río es aconsejable utilizar el repelente para los mosquitos y también ponerse manga larga. Nos llevamos una alegría ya que el cocinero nos informa que al estar aquí durante dos días ha tenido más tiempo y nos ha preparado una comida típica africana, y nos explica como la tenemos que comer con las manos (siempre con la mano derecha). Terminamos la jornada de una manera agradable y como suele ocurrir en tantos y tantos viajes que se hacen por África, frente al fuego, en la hermosa y en este caso estrellada noche africana, las hogueras siempre arden con llamas que te harán trasladar a otra época.
Al día siguiente tras un descanso merecido decidimos subir para ver el atardecer desde lo alto de una colina que hay junto a las cataratas. La ascensión no es difícil y además se puede ver un caminillo perfectamente marcado, aunque según la ruta que quieras hacer, puedes hacerla más larga o de menos trayecto. En la cima las vistas son espectaculares y se observa con mayor nitidez el contraste entre las tierras del desierto de los alrededores y el oasis que hay entorno a las Cataratas Epupa. No se ha desaprovechado la ocasión y en este privilegiado lugar se ha construido una especie de chiringuito, que tiene incluso unos pequeños palcos con asientos para poder disfrutar del paisaje de una forma más cómoda, claro cobrándote por ello, además hay la oferta de que si vas en grupos o si también vas a consumir alguna bebida te sale más barato (opción que nosotros elegimos).
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