


Siguiendo el curso del
río Kunene, entramos en contacto con una de las
tribus más fascinantes y auténticas de
África, los pastores semi-nómadas
Himba; visitamos uno de sus
poblados y nos transmiten parte de su apasionante cultura y tradición. Se cree que originalmente proceden de las tierras del sur de
Sudán y
Etiopia. Los
Himba son el único grupo de
nativos de
Namibia que aún conserva el original estilo de vida que tenía hace algunos siglos. Su actividad económica principal es la ganadería, encargándose los hombres de esta tarea mientras las mujeres permanecen en los
poblados o cuidan las plantaciones que se encuentran en sus inmediaciones. Por esta razón, durante nuestra visita, encontramos solamente a las mujeres, niños y ancianos en el
poblado.
El jefe de cada
tribu es además su líder espiritual. Se permite la
poligamia;
sin embargo, el máximo de tiempo que un hombre puede pasar con la misma
esposa sin atender a otra es dos noches. El sistema de administración
de justicia gira en torno a reuniones de los jefes de
tribus para
decidir el pago de la multa a imponer; todas las multas consisten en un
pago en cabezas de ganado. Hasta hace poco tiempo, debido a las duras condiciones
climáticas de la región, los
Himba han logrado mantenerse relativamente
aislados del exterior, y no han sido todavía muy influenciados por
elementos culturales importados. Esto, sin embargo, está cambiando a
causa del aumento en el flujo de turistas desde la independencia de
Namibia en 1990. Los
Himba no llevan ropa, aparte de un básico
taparrabos, pero usan gran
cantidad de
ornamentos al estilo de collares y brazaletes. Las mujeres
se distinguen por los enrevesados estilos con que arreglan su cabellera. Con el objeto de protegerse del intenso sol, las
mujeres a partir de su primera
menstruación, untan su cuerpo con una sustancia hecha con
ocre, manteca (grasa animal) y hierbas, la irán aplicando en sus cuerpos, varias veces al día durante el transcurso de sus vidas, la cual da a su piel ese característico color tan rojizo. Desde ese momento para asearse ya no utilizan el agua, el
ocre les aporta protección contra el
sol y las
bacterias, así como
hidratación. A lo largo de los años los
Himba han sido víctimas de diversas
calamidades, con periodos de intensa sequía, y ahora con una amenaza más reciente que es la controvertida propuesta de realizar una presa en
Epupa, que afectará al ecosistema de toda la región del
río Kunene y a los propio
Himba.
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